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El ochenta y cinco Aniversario de la Expropiación Petrolera y la emoción social por la nación

Expropiación

Con joyas y gallina se pagó la deuda por la expropiación petrolera

T|CDMX|15032023.  La expropiación del petróleo llevada a cabo por el presidente Lázaro Cárdenas en 1938 fue un hecho que marcó la historia del país y se convirtió en el acto político-simbólico más importante del siglo XX para enfatizar la soberanía popular y la independencia económica. Además de haber sido una decisión política trascendental para el gobierno y el Estado fue también un acto de emotividad social, en la que el pueblo no sólo salió a manifestarse masivamente como acto de apoyo político sino también a entregar los muchos o escasos bienes que tenía con el fin de apoyar el pago a las empresas extranjeras por la incautación de sus bienes. Las fotografías en blanco y negro que dejó el hecho han circulado durante décadas para recordarnos lo que fue un acto de apoyo popular. Por ejemplo, la famosa fotografía denominada con joyas y gallina se pagó la deuda por la expropiación petrolera, es por mucho una que ilustra el momento histórico: dos mujeres humildes, con los rostros marcados por la seriedad, una de ellas con un bebé envuelto en un rebozo, se forman para entregar un par de gallinas, mientras otras mujeres elegantemente vestidas, muestran un sombrero con joyas y sonríen orgullosas, ambas fueron maneras distintas de reafirmar el apoyo al presidente Cárdenas.  En una decisión que podría enfrentar al gobierno con empresas poderosas, en un contexto de guerra mundial, el apoyo social tuvo un carácter sobre todo de sentimiento nacionalista unánime por una decisión que a todas luces era la correcta para el bien del país y provocó que surgiera, por ejemplo, el Centro de Redención Económica Nacional y el Comité Femenino Nacional Propago de la Indemnización Petrolera, en el cual participaron las mujeres de la fotografía mencionada.

El nacionalismo es un sentimiento poderoso y capaz de transformar la realidad de un país, siempre y cuando se construya a partir de unificar y dar sentido de pertenencia, de cohesión social, en una visión de conjunto que permita enfrentar cualquier reto como comunidad política, no se trata entonces de esas ideas de orgullo racistas y excluyentes y de manipulación del sentimiento popular para defender intereses de grupo o personales, sino de la verdadera comunidad imaginada para construir un futuro deseado. Ese nacionalismo positivo fue el que produjo la decisión del gobierno de Cárdenas, anunciada por radio a las 22:00 del 18 de marzo de 1938, para demostrar que la recuperación de los bienes petroleros era con el propósito de mantener la soberanía y la integridad de la nación y para garantizar los bienes públicos para el beneficio de todos los grupos sociales del país.  

Después de 85 años, nadie a lo largo del tiempo ha dudado que fue la mejor decisión para nuestro país, a pesar de que tanto ayer como hoy, han existido grupos que están contra de cualquier participación del Estado en el sistema económico.  El tema no sólo era de intervenir en un ciclo económico sino de preservar el control de la riqueza de nuestro país e impedir que las empresas extranjeras se convirtieran en factor de control económico y territorial. Esa decisión vista con el peso que tiene fue también un motivo de orgullo y herencia para las futuras generaciones que deben preservar ya que es la base de viabilidad de la nación frente a la multilateralidad y la escasez de los recursos a nivel mundial. Aunque en todas partes de anuncia la transformación de las fuentes de energía, no hay que olvidar que el hecho de la expropiación va más allá del caso específico del petróleo y se trató, y trata, de valorar y conservar lo que es propiedad de todos en su conjunto. Es el hecho mismo de proteger y valorar la riqueza y el territorio lo que nos debe orientar como sociedad nacional y evitar que se nos vuelva a engañar como lo hicieron los gobiernos neoliberales cuando nos dijeron que lo mejor era privatizar la industria energética. Aunque es difícil para cualquier persona saber si el gobierno miente o no, lo importante es identificar los esfuerzos que hicieron nuestros compatriotas en otro tiempo para saber qué es lo importante para la nación. Reconocer la lucha de independencia, la lucha contra la intervención extranjera, la revolución y la expropiación petrolera es dignificar nuestra historia y otorgarle el honor que merecen a quienes se comprometieron en esas luchas.  Son esas luchas titánicas la que deben guiarnos y ser motivo de orgullo pasado, presente y futuro. 

Lo que ocurrió después de la expropiación, y que puso en duda la importancia de la misma, fueron los excesos de una clase política y de un sindicato que se beneficiaron de la gran riqueza petrolera y construyeron un sistema de corrupción y control social y laboral a lo largo de décadas, pero lo más grave aún fue que los gobiernos después del presidente Cárdenas permitieran que las finanzas públicas dependieran casi exclusivamente de las rentas petroleras y con ello no se diversificará la economía. Esta política de corrupción y de saqueó público provocó que la expropiación petrolera perdiera su fin social y nacional y se convirtiera en una fuente de escándalos y derroche. Muchos estudiosos de Pemex y de la riqueza petrolera han demostrado cómo se pervirtió una decisión política de enorme provecho para la viabilidad y desarrollo económico, pero nos toca a todos refrendar en cada aniversario revalorar y dar el significado que merecen los actos heroicos y el sentimiento de una única nación que nos une en una visión compartida.  

        

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