T|Toluca|02062023. La 4T está a dos días de dar uno de los golpes más duros al antiguo régimen político mexicano, teniendo a la maestra Delfina Gómez como la candidata puntera en todas las encuestas que al día de hoy se tienen de cara a los comicios de este 4 de junio.
Su triunfo representaría un ataque al corazón del sistema político priísta, toda vez que el Estado de México fue durante prácticamente todo el siglo XX el epicentro de organización de poder de la oligarquía postrevolucionaria madurada como tal a partir, sobre todo, de la presidencia de Miguel Alemán –que quedó retratada de manera magistral por Carlos Fuentes en La región más transparente– a partir de la cual se demarcó una escisión entre la facción burguesa “alemanista” y la facción nacionalista, revolucionaria y populista “cardenista” de la que el propio presidente López Obrador es heredero directo; una oligarquía postrevolucionaria, entonces, que articuló una red de compromisos, negocios y de reparto de los puestos públicos y que encarnó como nadie el profesor Carlos Hank González, máximo representante del “político profesional” priísta encantador, mafioso, corrupto, deleznable y millonario, sobre todo millonario, que construyó su emporio a base de la compra de lealtades, cargos y consciencias; un verdadero extorsionador de cuello blanco que lo mismo se movía en los circuitos sociales más exquisitos y refinados de México y el mundo al tiempo de operar con soltura y naturalidad los resortes de funcionamiento del alcantarillado del sistema de poder nacional.
Hank fue entonces el símbolo de toda una época, de toda una forma de ser político y de hacer política que los Peña Nieto, los Nuño, los Beltrones o los Videgaray y los Moreno Cárdenas llevaron y están llevando a su máximo nivel de repugnancia y cinismo, y de la que ahora Alejandra del Moral es solamente una mala copia aspiracionista sin mayor autoridad moral ni intelectual ni social ni política; una nulidad absoluta que pasará a la historia, por lo demás, como la que llevó a la tumba al PRI del Edomex y, a través de ello, al PRI nacional, símbolo de la vía mexicana a la putrefacción de la política.
Según analistas como Mario Campa (@mario_campa), el promedio de las encuestas globales sobre la elección en Edomex arroja para la candidatura de la maestra Delfina un aproximado de 57.2% de las preferencias frente a un 41.6% para del Moral, habiéndose considerado las principales casas encuestadoras como Mendoza Blanco, Berumen, Votia, Covarrubias, El Financiero, Enkroll, Reforma, SDP, Parametría, El Heraldo-Poligrama, Demoscopia Digital, Rebrum, Massive Caller y CE Research.
Casi 20 puntos de diferencia en favor de la alianza encabezada por Morena, partido que desde cualquier punto de vista se está convirtiendo en uno de los fenómenos sociales y políticos más importantes de los últimos años no ya nada más en México sino en el mundo entero.
Como ocurre siempre, la elección en Edomex es un termómetro preambular a la elección presidencial, y en esta ocasión no estamos ante una excepción ni mucho menos: en el 2024 Morena volverá a arrasar en la presidencia y en el Congreso de la misma forma en que la maestra Delfina está llamada a ser la primera gobernadora del Estado de México en la historia de nuestro país.