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¿Crisis fabricada en la Ciudad de México?  

Imagen metro

La hipótesis de una estrategia para afectar políticamente a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México y a la 4T, usando percances graves y no graves.  

T|CDMX|30012023. El pasado 7 de enero ocurrió un lamentable choque de dos trenes en la línea 3 del metro, a partir del cual se han ido encadenando otros incidentes más a lo largo de casi tres semanas, que podrían hacer pensar a la opinión pública que la Jefa de Gobierno está más preocupada por incrementar el reconocimiento de su imagen y perfil en los distintos estados de la república con miras al 2024, que por cumplir con sus funciones de gobierno. 

Pero las cosas no son tan obvias, pues al revisar los incidentes, siendo el más grave el del choque de trenes, llama la atención que, aunque son menores, sumados construyen una narrativa de caos, abandono e ineficiencia del medio de transporte que mueve en promedio a 4.6 millones de personas al día en la ciudad.

¿Cuáles son los incidentes? Se trata de la detención de una mujer que había arrojado un aspa de lavadora a las vías en la estación Centro Médico; la presencia de humo en un tren en la estación Miguel Ángel de Quevedo; el aviso de problemas en la sala de tableros del nuevo Puesto de Centro de Control en el C5; la generación de humo por un cable suelto y atorado en la estación Mixcoac; el hallazgo de un tubo de brincolín en la estación Nezahualcóyotl que provocó un cortocircuito; la identificación de un zapato en la zona de vías en la estación Indios Verdes; el retiro de una cobija con latas en las  vías de la estación Etiopía; la explosión de un neumático en la estación Politécnico; la separación de dos carros de un convoy en la estación Polanco; y la presencia de puertas abiertas durante la operación de los trenes. 

Como se puede ver podrían pasar por incidentes sin mayor relevancia, sin embargo, su constancia y efectos permiten pensar que se trata, como lo ha dicho la misma Jefa de Gobierno, de actos sospechosos e incluso de sabotaje. ¿Quién podría hacerlos? Sin duda que el primer sujeto sobre el que cae la sombra de la sospecha son los trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro, especialmente porque su líder, desde hace 45 años, es el viejo priista Fernando Espino, quien para mantenerse en el cargo ha hecho uso de todos los medios que el viejo partido implantó en la política: represión a la disidencia, manejo de recursos de forma discrecional, control de las principales carteras, uso de recursos con fines partiditas y opacidad de las cuentas del sindicatos y de las cuotas asignadas, entre otras; es decir de todos los vicios que el corporativismo del viejo régimen construyó se encuentran el dirigencia de Espino. Desde luego que la versión del sindicato es que se trata de falta de mantenimiento, poco presupuesto y problemas técnicos y que no es posible hablar de sabotaje. Sería el colmo que declarará otra cosa. Sin embargo, a pesar de estos lastres del sindicato, el director general del Sistema de Transporte Colectivo, Guillermo Calderón, declaró que “los trabajadores del metro no tienen relación con los incidentes”, como forma de bajar la tensión con los integrantes del sindicato, toda vez que la Fiscalía de la CDMX había denunciado que se trataba de incidentes provocados. 

Al parecer en lo que coinciden las autoridades de la fiscalía y las del metro es que se trata del robo de cable lo que provoca los incidentes más graves. A pesar de las declaraciones, sigue llamando la atención que el robo de cable ocurra de manera sistemática y que sean precisamente las áreas donde es más estratégico el hurto. ¿Cualquiera persona puede hacerlo y en cualquier momento? ¿No se requieren conocimientos técnicos para hacer este tipo de robos? ¿Quiénes pueden tenerlo?    

En este caso, como en otros, donde existe un “nudo de viejos intereses” que no desea ser desplazado, es posible que se recurra a las practicas más deleznables para que permanezca la corrupción y los contubernios o, aún peor, el sabotaje con fines políticos. No es posible creer que todos estos incidentes, que ya crearon una narrativa y han afectado fuertemente a la Jefa de Gobierno, se deban a descuidos y robos menores de cable.  No podemos creer en la historia de que se trata de ladrones comunes robando material difícil de obtener. Es necesario que las investigaciones lleguen hasta sus últimas consecuencias, ya que no es posible dejar de pensar que se trata de una acción concertada por corrupción, omisiones e ineficiencia o sabotaje.  Esto es importante porque bajo cualquier circunstancia no se puede aceptar que los afectados sean siempre los usuarios del sistema de transporte. 

La idea del sabotaje se extiende por el sistemático uso político de la derecha y los medios de comunicación por crear campañas infladas e insensibles de los acontecimientos y declarar que el gobierno de la ciudad de México no sabe gobernar o le importa poco a la población más necesitada. La derecha tiene una enemiga que desea destruir: Claudia Sheinbaum y desea construir una neurosis social basada en el sentimiento de inseguridad entre la población usuaria del metro y sus familias.  

Mientras se lleva a cabo la investigación de cada hecho inusual, hay una carpeta de investigación por casi cada evento, la Jefa de Gobierno solicitó a la Guardia Nacional la vigilancia de todo el sistemas, y con motivo de los últimos incidentes, incluso pidió su ingreso a los talleres de los trabajadores que controla el sindicato. Vamos a esperar los resultados de la investigación final que la fiscalía se comprometió a entregar, pero también puede ocurrir repentinamente que surjan “otros eventos inusuales en otras áreas del gobierno” por gracia de los medios de comunicación y de los lideres de la oposición.  Es necesario estar atentos para identificar los “accidentes inusuales” marcados por la ambición política.

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