LogoTransformacion

Ocho de marzo: hablar de la crueldad contra las mujeres 

En el Dial Internacional de la Mujer debemos transformar las relaciones cotidianas 

T|CDMX|08032023. Hoy es el Dial Internacional de la Mujer, ahora conocido como 8M; sin duda escucharemos innumerables discursos, testimonios, notas y opiniones sobre su importancia. No está mal que, después de tantos años de invisibilidad, existan fechas y actos para abordar una situación que siempre debió ser ineludible y de la mayor importancia para las sociedades a lo largo de los siglos. Cualquier dato es aterrador, pero lo son aún más los casos específicos que día a día conocemos de violencia contra las mujeres, y para ser justos, la palabra correcta debería ser crueldad contra las mujeres, porque no se trata de otra cosa. 

La sociedad en su conjunto elude abordar el tema desde una perspectiva que destaque e ilustre cuáles son los tipos y actos cotidianos que atentan y afectan la dignidad de las mujeres día a día, y aunque se ponen los ojos, de manera afortunada, en los casos de crímenes y abuso y se define cuáles son las delitos, aún no abordamos los actos en toda su dimensión, en toda su crueldad. ¿Qué historias hay en cada uno de los 969 feminicidios registrados, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2020? En cada caso seguramente hay una secuela de agresiones físicas y psicológicas, golpes y maltrato, discriminación, abuso, exclusión y un sinfín de categorías legales y sociológicas, pero no se trata más que de conductas normalizadas entre integrantes de familias, compañeros, vecinos y personas que habitan en los mismos espacios, es decir se trata del abuso y la crueldad como formas de interacción y de relacionarse socialmente en los que recaen en las mujeres, sin importante edad ni condición socioeconómica, el acto de fuerza, abuso o crueldad de manera normal. 

El lenguaje es importante para definir los actos de las personas, por ello es cruel el trato despectivo y humillante cuando se habla de las mujeres en el trabajo o en la casa; a pesar de la nueva necesidad de hablar políticamente correcto, existen en el fondo una manera de no aceptar, en ninguna circunstancia, que vivimos en una sociedad que no desea construir relaciones igualitarias y de respeto con las mujeres y que se prefieren las relaciones de fuerza, subordinación y abuso. Aquí con seguridad podríamos caer en un pantano cuando hablamos de relaciones de poder y de mecanismos de subordinación porque los mismos hombres dirían que también las viven y las ejercen, pero ese es el tema de fondo, que en muchos casos se trata de relaciones específicas de subordinación y no de estructurales o culturales, como  es el caso de la crueldad contra las mujeres; es decir, en el caso de las mujeres no son sólo casos específicos sino generales, o que significa que, según INEGI en su Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) en 2016, el 66.1% de las mujeres mayores de 15 años ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, ya sea física, sexual, emocional o económica, y que de acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), en 2020 se recibieron más de 170 mil llamadas de emergencia relacionadas con violencia contra las mujeres. 

La crueldad contra las mujeres es cotidiana y en todos los ámbitos y se basa desde luego en relaciones de poder, pero se trata de relaciones de género, es decir se trata de relaciones de sujeción y abuso contra todas las mujeres y no contra una cuantas, es por ello por lo que se debe combatir en cada acto cotidiano y en cada relación es esa concepción de poder y género forjadas históricamente. Es necesario, a partir de hoy, confrontar en todas sus formas la crueldad contra las mujeres: combatir cada chiste y palabra, denunciar cada acoso, frenar cada insinuación, confrontar cada discriminación, exigir justicia económica y legal, y despertar la solidaridad y acompañamiento entre mujeres para eliminar por fin ese tipo de relaciones entre hombre y mujer; se trata de un cambio urgente que involucra no sólo a los movimientos políticos, sociales y culturales de las mujeres sino también a cada una de manera individual; no debe existir acto que no vaya dirigido a cambiar el lenguaje y las relaciones de poder de género que siempre son crueles contra las mujeres.         

Suscríbete A nuestra revista