Óscar Rafael Novella Macías
La felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación se fundan en la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política.
Juan Domingo Perón
En la víspera de “Días Santos”, según la tradición judeocristiana en México, mediante un video en redes sociales, en el que aparecieron Rogelio Ramírez de la O titular de la SHCP, Manuel Bartlett titular de CFE y José Ignacio Sánchez Galán presidente ejecutivo de Iberdrola; el Presidente López Obrador anunció la compra de 13 plantas generadoras de energía eléctrica a la empresa española Iberdrola por parte del Estado Mexicano.
El titular de la SHCP detalló que la transacción tuvo un costo aproximado de 6 mil millones de dólares, y se realizó con recursos provenientes del FONADIN (Fondo Nacional de Infraestructura), fideicomiso con participación pública mayoritaria e instituido en BANOBRAS (Banco Nacional de Obras y Servicios). Tal inversión será gestionada financieramente por la administradora de fondos Mexico Infrastructure Partners (MIP) y por supuesto operada técnica y humanamente por CFE (Comisión Federal de Electricidad).
Con dicho acuerdo, el Estado Mexicano adquirió 12 plantas de ciclo combinado que se encuentran ubicadas en Baja California, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa y Tamaulipas, además una planta de energía eólica en Oaxaca.
Debido a los trámites la operación se concretará en 45 días y el retorno de la inversión se calcula en 10 años, mientras que la vida útil de las plantas se estima entre 18 y 28 años.
Según los expertos, con esta acción, la CFE pasará de un 39 a un 55 % en la participación dentro de la industria eléctrica nacional. Es por ello que se trata de una suerte de plan B en buena lid (no por nada Iberdrola presumió la foto entre el Presidente López Obrador y Sánchez Galán con la que se selló el acuerdo), después del primer intento del Proyecto de Reforma Energética enviado y rechazado por la obstinada, intransigente e ignorante oposición hace un año, a la Cámara de Diputados por el Presidente López Obrador, ya que en el actual se mantiene el objetivo de caminar hacia la soberanía energética, tan en boga en varios países a causa de la crisis energética mundial.
Es por lo anterior, que resalta la incongruencia de las coléricas críticas que ha vertido la oposición: primero se placearon como firmes impulsores y hasta socios por medio de los “contratos de auto abasto” con Iberdrola; y ahora se desgañitan asegurando que las plantas adquiridas son “chatarra”. ¿Quién chinga’os los entiende?
Finalmente, se puede discutir si se trató de una nacionalización total, parcial o si no lo es, lo que es cierto es que varios expertos coinciden en que, con esta jugada de ajedrez del Presidente López Obrador, quien gana es CFE, la industria eléctrica nacional y los consumidores en los hogares mexicanos, ya que el Estado Mexicano camina hacia la Soberanía Energética, en medio de la crisis mundial se garantiza el abasto total nacional y se aseguran tarifas justas.