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México ante la crisis mundial

México ante crisis

Eder Guevara

Tan sólo en la primera quincena de abril, se reactivan los BRICS, alianza multinacional compuesta por los gobiernos de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, la expresidenta Dilma Rousseff es nombrada presidenta del banco que esta unión multilateral, China logra que Irán y Arabia Saudita reanuden las conversaciones de paz, Rusia condona a África una deuda de más de 20 mil millones de dólares. Mientras aumentan los acuerdos comerciales que prescinden del dólar como moneda de cambio, Estados Unidos impulsa un nuevo golpe de Estado, esta vez en Sudan, luego de más de 500 heridos y 60 decesos, el golpe fracasa. En Washington se reúnen los gabinetes de seguridad de los tres países norteamericanos, el anfitrión y Canadá priorizan el combate al tráfico ilegal de fentanilo, mientras que Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad Pública de México, pone el acento en la atención a las causas que provocan las adicciones y en el combate frontal y determinado al tráfico ilegal de armas hacia nuestro país.

En la historia de la humanidad hay largos periodos en los que no sucede nada relevante, hoy vivimos una coyuntura donde todo se está moviendo y por lo tanto todo está cambiando, los paradigmas hegemónicos de las últimas cuatro décadas han caído por su propio peso, hoy la gran industria ya no está buscando países alejados donde la hiper pauperización y super explotación de la mano de obra les garantice mayores ganancias, hoy buscan invertir en territorios cercanos a su mercado prioritario, de preferencia territorios que gocen de la estabilidad que solo se logra garantizando condiciones dignas de vida para toda la población. Ese proceso se conoce como “nearshoring” y México podría ser el mayor beneficiario.

Para quienes dudan que el gobierno de la Cuarta Transformación sea capaz de aprovechar este momento tan importante, solo hay que revisar con honestidad intelectual algunos elementos:

Estabilidad política. En Francia el presidente Macron se reeligió con muchas dificultades y ahora mismo enfrenta un gran estallido popular, en EEUU los demócratas no encuentran la forma de frenar al fascismo republicano que sigue ganando terreno en la narrativa hacia la elección del 2024, la forma en que el gran imperio está perdiendo terreno frente China agudiza la crisis nacional y radicaliza al electorado más reaccionario; mientras tanto en México tenemos estabilidad, los índices de pobreza están disminuyendo de forma sostenida, el presidente López Obrador es el político más popular de todo el mundo occidental, la mayoría de la población manifiesta su deseo de continuar con la 4T un sexenio más, a diferencia de EEUU y Canadá, México tiene una sana interlocución con todas las regiones económicas del mundo, en lo que va del sexenio no ha habido paros laborales ni huelgas, algo impensable en los últimos 5 sexenios es que el magisterio no ha dejado de dar clases un solo día. Todo esto se traduce en certezas para los inversionistas que están interesados en mudar su producción a un punto más cercano a los EE. UU. 

Infraestructura. El del presidente López Obrador ya se consolidó como el gobierno que más infraestructura ha construido, ampliado y modernizado en la historia nacional. Toda la labor de construcción y ampliación de puertos, aeropuertos, trenes, corredores industriales, carreteras y caminos, hacen aún más viable el proceso de reorganización de los capitales norteamericanos, el gobierno de la 4T ha enfocado sus esfuerzos en velar por la gente más empobrecida y marginada pero también en construir las condiciones de posibilidad para concretar un proceso de reindustrialización que garantice crecimiento económico con desarrollo social equitativo.

Austeridad Republicana. El presupuesto es dinero del pueblo y por ello es sagrado, dice el presidente López Obrador, y este paradigma de la Cuarta Transformación Nacional es lo que motiva no solo a evitar a toda costa el desvío y la malversación de los recursos, también es el motor para trabajar los 7 días de la semana y en general para ejercer el gasto público con la mayor responsabilidad. Solo así entendemos que, sin adquirir nueva deuda, el gobierno federal esté destinando tanto presupuesto en construir tantas obras de infraestructura sin poner en riesgo las pensiones a quienes más lo necesitan.

No tengo dudas de que, si el resultado electoral en 2018 hubiera sido otro, de haber ganado Meade o Anaya, México ahora mismo estaría más endeudado, el narcoestado se habría consolidado y los medios e intelectuales de la oligarquía no verían la crisis, pero el sentido común y la sabiduría popular se impusieron, hoy, que más se requería, tenemos el mejor gobierno posible y como nunca estamos ante la posibilidad de que nuestro país sea ejemplo de crecimiento con desarrollo, bienestar y justicia social. 

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