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De lo perdido, lo que aparezca

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Óscar Rafael Novella Macías 

“El ahorro es poético, porque es creador: el derroche no es poético, porque es destructor.”

Gilbert Keith Chesterton

El pasado 20 de abril mediante un video en el que también apareció el titular de la SEDENA Luis Cresencio Sandoval, Jorge Mendoza Sánchez director de BANOBRAS y Ernesto Prieto Ortega del INDEP, el Presidente López Obrador hizo pública la concreción de la venta del Avión Presidencial modelo Boeing 787-8 (que paradójicamente llevaba por nombre José María Morelos), al Gobierno de Tayikistán.

Como se sabe la adquisición de la faraónica aeronave la realizó el expresidente Felipe Calderón, en la última recta de su sexenio en medio de una serie de señalamientos debido a lo costoso y suntuosidad de la compra. A la ya de por sí onerosa adquisición, habría que agregar las modificaciones que Calderón ordenó que se realizaran y que dispararon aún más el precio y sin embargo de ninguna manera sería posible incluirlo en alguna futura reventa, además se ha demostrado que la instalación de dichos accesorios se efectuó a sobre precio.

El precio inicial convertido a moneda mexicana (13.50 tipo de cambio en ese momento) del Boeing fue de 15, 471 millones de MXN; más 1,405 millones 350 mil pesos por concepto de la tuneada; dando un total de: 2 mil 952 millones, 450 mil pesos. No obstante, dado que se adquirió mediante un crédito con BANOBRAS, con varios años de plazo, el costo final total fue de 6,983 millones de pesos mexicanos. Adicionalmente, con independencia de que el Presidente usará o no el avión, éste ha estado generando gastos por mantenimiento.

A todas luces se trató de una adquisición, con cargo al erario público, tremendamente innecesaria y con sobreprecio por las modificaciones, lo cual demuestra que fue un obsequio, de Calderón a Peña Nieto, con el objetivo de sellar un pacto de encubrimiento e impunidad.

Aunque pareciera que la venta de este elefante blanco, monumento a la corrupción, la frivolidad y el despilfarro, estaba totalmente justificada, tal como lo había prometido en campaña el Presidente López Obrador, resulta que desde ese día la oposición no ha reparado en maromas y desfiguros  que solo delatan su incontenible frustración -ellos le apostaban a que no se vendiera-, esgrimiendo un sin fin de malabares cuantitativos que, cuando se analizan someramente, se descubre que son falaces, forzados y truqueados.

Lo que tampoco dicen es que el costo equivale al avalúo realizado por el INDAABIN, considerando precio de lista sin modificaciones, diferencia temporal del tipo de cambio y depreciación por tiempo de vida y horas de vuelo. No obstante, y pese a estos factores, pudo realizarse la venta más conveniente para México. Además del importe recuperado se generará un ahorro de 332 millones de intereses que le tenía que pagar el Gobierno Federal a BANOBRAS, quedando así liquidado el arrendamiento.

El importe de la venta se transfirió directamente a la cuenta del INDEP, para ser exactos $ 1,658 millones 684 mil 400 pesos, capital que se invertirá en 2 hospitales en Tlapa, Guerrero y Tuxtepec, Oaxaca. Que mejor que ese recurso sea utilizado para bien de muchas personas.

Así pues, la materialización de esta anunciada venta, ha permitido demostrar que la oposición es capaz de contradecirse de un momento a otro con tal de llevarle la contra de manera irracional al Presidente, y que si se trata de luchar contra el cinismo y la corrupción de administraciones pasadas, “el que persevera alcanza”.

No quiero culminar esta colaboración sin antes resaltar la vileza y el odio que destila la oposición a partir de que se anunció el contagio por COVID del Presidente, la miseria y mezquindad que impúdicamente exhiben es directamente proporcional a su desesperación, Así mismo aprovecho para enviar parabienes por la pronta recuperación del Presidente que le declaró la guerra a la corrupción.

 

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