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¿Bombardeo de nubes: ciencia ficción?

LLuvia 7

Según los informes de la UNESCO una severa crisis de agua vendrá en los próximos 30 años en el mundo

T|CDMX|23032023. Desde hace tiempo en algunos pasajes de libros y películas de ciencia ficción, se ha ilustrado las consecuencias de la escasez del agua para consumo humano. Se pintan distopías y mundos extraños, donde los seres que sobreviven después de la destrucción de ciudades y campo por la sequía inician despiadadas guerras y enormes travesías para encontrar el líquido. Toda esa ficción se puede volver realidad en un futuro.  Según los informes de la UNESCO una severa crisis de agua vendrá en los próximos 30 años en el mundo.  De acuerdo con este organismo la demanda de agua en el mundo se incrementará en un 55% para el año 2050; entre las razones más importantes para el incremento de la demanda se encuentran las siguientes: i) el crecimiento demográfico y el económico como tendencial mundial; ii) el cambio climático que aumentará la frecuencia e intensidad de las sequías y otros eventos climáticos extremos;  iii) el uso ineficiente del agua en la agricultura, la industria y el consumo doméstico es un riesgo que continuará sin detenerse (el 60% del agua utilizada en la agricultura se pierde debido a prácticas ineficientes); y iv) la escasez de agua en áreas urbanas debido al aumento de la población y la urbanización será una normalidad  (se estima que más de la mitad de la población mundial vivirá en ciudades para el año 2050). Todos los datos son aterradores.     

En México, según los datos disponibles, el consumo total de agua en al año 2000 era de alrededor de 69,400 millones de metros cúbicos (m³) mientras que en el año 2019 fue de alrededor de 82,500 millones de metros cúbicos (m³), es decir se incrementó en 19%.  La agricultura es el sector que más consume agua con alrededor del 77% del uso total en 2019, le sigue el sector público y doméstico, con alrededor del 13%, y el sector industrial, con alrededor del 10%. El consumo per cápita de agua en nuestro país es relativamente bajo comparado con otros países de América Latina, pero ha aumentado en los últimos años: mientras en el año 2000 se consumían 610 litros por día, en 2019 fue de alrededor de 700 litros por día, es decir aumentó en 15% en cerca de una década. Además, en nuestro país alrededor del 40% de la población no tiene acceso a agua potable de manera constante.  Si a nivel mundial el problema es catastrófico en nuestro país pinta para generar graves problemas interregionales, ya que al ser un país semiárido existen entidades que verán agravarse el problema (ya tuvimos un caso en Nuevo León), además la contaminación industrial, agrícola y doméstica ha afectado gravemente la calidad del agua en muchos lugares y ha provocado falta de agua potable con impacto en la salud pública. 

De acuerdo con la UNESCO las acciones para frenar esta situación están al alcance de la mano de gobiernos y personas, aunque algunos aparentemente los puedan trascender, como el cambio climático, hay otros más sencillos que pueden tener un alto impacto en la conservación de los recursos hídricos, por ejemplo, impulsar tecnologías eficientes para uso del agua en el sector agrícola, generar conciencia de las personas para un uso más adecuado en el doméstico y mejorar la infraestructura  para el suministro y tratamiento de agua en áreas rurales y urbanas.

En nuestro país ya se han presentado conflictos por el agua, por ejemplo, en Chihuahua. En ese estado existe un conflicto por la distribución del agua proveniente de la presa La Boquilla, que se utiliza para riego y consumo humano; en el año 2019, el gobierno federal de México ordenó la extracción de agua de la presa para cumplir con un tratado internacional con Estados Unidos, lo que generó protestas por parte de agricultores y habitantes de la región, quienes argumentaron que esto afectaría su abasto de agua y su capacidad para cultivar sus tierras. Las protestas se intensificaron en septiembre de 2020, cuando la Guardia Nacional y la policía estatal intentaron tomar el control de la presa, los manifestantes respondieron bloqueando carreteras y tomando control de la presa, lo que derivó en enfrentamientos violentos que dejaron varios heridos y un fallecido, y aunque ha existido un diálogo entre las autoridades y los habitantes de la región, la situación sigue siendo tensa y existe la posibilidad de nuevos enfrentamientos.

Debido a que en este año 2023 se espera una sequía peor que la del año pasado, el gobierno de la República ha anunciado algunas medidas para incrementar el volumen de agua de las presas, una de ellas es la de “bombardear” las nubes en la zona del Valle de México con un avión de la SEDENA. Con esta medida parece que volvemos a la ciencia ficción, ya que el “bombardeo” parece producto de la imaginación o una broma inteligente pensada para sorprender al público, pero no, es algo muy serio.  A la técnica de “bombardeo” se le conoce como “siembra de nubes”, cuyo fin es incrementar la precipitación de lluvia al agregarse materiales como sales o yoduro de plata a las nubes para estimular la formación de gotas de lluvia, los materiales que dispersan los aviones actúan como núcleos de condensación, es decir atraen y agrupan el vapor de agua en la nube, lo que aumenta la probabilidad de que las gotas de agua se formen y se conviertan en lluvia. Aunque el éxito del “bombardeo” depende de la temperatura, la humedad y el tipo de nube, existen país que han obtenido resultados importantes, entre ellos Estados Unidos que lo ha usado en varios estados como Florida, Texas y California, China para reducir la contaminación del aire y aumentar la precipitación en áreas que sufren sequías o Emiratos Árabes  para aumentar la precipitación en áreas que sufren de sequía. Así que esperamos que la siembra de lluvia sea exitosa para el Valle de México. 



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